32. Pero Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
33. Entonces los discípulos se decían el uno al otro: ¿Le habrá traído alguien de comer?
34. Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
35. ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que venga la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
36. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna; para que el que siembra como el que siega juntos se regocijen.