Juan 20:18-29 Reina Valera Gómez (RVG)

18. Vino María Magdalena dando las nuevas a los discípulos de que había visto al Señor, y que Él le había dicho estas cosas.

19. Y el mismo día al anochecer, siendo el primero de la semana, estando las puertas cerradas en donde los discípulos estaban reunidos por miedo a los judíos, vino Jesús, y poniéndose en medio, les dijo: Paz a vosotros.

20. Y habiendo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los discípulos se regocijaron viendo al Señor.

21. Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros: Como me envió el Padre, así también yo os envío.

22. Y habiendo dicho esto, sopló en ellos, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.

23. A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; a quienes se los retuviereis, les son retenidos.

24. Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.

25. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Hemos visto al Señor. Y él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.

26. Y ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Entonces vino Jesús, estando las puertas cerradas, y poniéndose en medio, dijo: Paz a vosotros.

27. Entonces dijo a Tomás: Mete tu dedo aquí, y ve mis manos; y da acá tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

28. Y Tomás respondió, y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!

29. Jesús le dijo: Tomás, porque me has visto, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.

Juan 20