17. Entonces la criada que guardaba la puerta, dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Él dijo: No soy.
18. Y los siervos y los alguaciles que habían encendido unas brasas, porque hacía frío, estaban de pie y se calentaban; y Pedro también estaba con ellos de pie, calentándose.
19. Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
20. Jesús le respondió: Yo manifiestamente he hablado al mundo; yo siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde siempre se reúnen los judíos, y nada he hablado en oculto.
21. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que me han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho.
22. Y cuando Él hubo dicho esto, uno de los alguaciles que estaba allí, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?
23. Le respondió Jesús: Si he hablado mal, da testimonio del mal; y si bien, ¿por qué me hieres?
24. Entonces Anás le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.
25. Y estaba Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú también uno de sus discípulos? Él negó, y dijo: No soy.
26. Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquél a quien Pedro había cortado la oreja, le dijo: ¿No te vi yo en el huerto con Él?
27. Y Pedro negó otra vez; y en seguida cantó el gallo.