30. Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros.
31. Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
32. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.
33. Y esto decía indicando de qué muerte había de morir.
34. La multitud le respondió: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre: ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?
35. Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, no sea que os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va.
36. Entre tanto que tenéis luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.
37. Pero a pesar de que Él había hecho tantos milagros delante de ellos, no creían en Él;
38. para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?
39. Por esto no podían creer; porque en otra ocasión dijo Isaías:
40. Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane.
41. Estas cosas dijo Isaías cuando vio su gloria, y habló acerca de Él.
42. Con todo eso, aun muchos de los príncipes creyeron en Él; mas por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
43. Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
44. Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;