Juan 11:32-46 Reina Valera Gómez (RVG)

32. Y cuando María llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.

33. Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que habían venido con ella, también llorando, se conmovió en espíritu y se turbó,

34. y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.

35. Jesús lloró.

36. Dijeron entonces los judíos: ¡Mirad cuánto le amaba!

37. Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía Éste, que abrió los ojos al ciego, hacer también que éste no muriera?

38. Y Jesús, conmoviéndose otra vez en sí mismo, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.

39. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.

40. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?

41. Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto: Y Jesús alzando sus ojos, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído.

42. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.

43. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!

44. Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.

45. Entonces muchos de los judíos que habían venido a María, y habían visto lo que hizo Jesús, creyeron en Él.

46. Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho.

Juan 11