14. De día tropiezan con las tinieblas, y a mediodía andan a tientas como de noche.
15. Mas Él libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, y de la mano violenta;
16. por tanto, el menesteroso tiene esperanza, y la iniquidad cierra su boca.
17. He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
18. Porque Él es quien hace la llaga, y Él la vendará: Él hiere, y sus manos curan.