Jeremías 4:11-24 Reina Valera Gómez (RVG)

11. En aquel tiempo se dirá de este pueblo y de Jerusalén: Viento seco de las alturas del desierto vino a la hija de mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar.

12. Viento más vehemente que éste vendrá a mí; y ahora yo pronunciaré juicios contra ellos.

13. He aquí que subirá como nube, y su carro como torbellino; sus caballos son más ligeros que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque hemos sido saqueados!

14. Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo permanecerán en medio de ti los pensamientos de iniquidad?

15. Porque una voz proclama desde Dan, y anuncia calamidad desde el monte de Efraín.

16. Decid a las naciones; he aquí, haced oír sobre Jerusalén: Guardas vienen de tierra lejana, y darán su voz sobre las ciudades de Judá.

17. Como guardas de campo, estuvieron contra ella en derredor, porque se rebeló contra mí, dice Jehová.

18. Tu camino y tus obras te hicieron esto, ésta es tu maldad; por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón.

19. ¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón; mi corazón se agita dentro de mí; no callaré; porque voz de trompeta has oído, oh alma mía, pregón de guerra.

20. Destrucción tras destrucción es anunciada; porque toda la tierra es devastada; de repente son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas.

21. ¿Hasta cuándo he de ver bandera y he de oír sonido de trompeta?

22. Porque mi pueblo es necio; no me han conocido, son hijos ignorantes y sin entendimiento; son sabios para mal hacer, pero hacer el bien no lo saben.

23. Miré la tierra, y he aquí que estaba desordenada y vacía; y los cielos, y no había en ellos luz.

24. Miré los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos.

Jeremías 4