28. Por tanto así dice Jehová: He aquí voy a entregar esta ciudad en mano de los caldeos, y en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y la tomará:
29. Y vendrán los caldeos que combaten contra esta ciudad, y le prenderán fuego, y la quemarán, asimismo las casas sobre cuyas azoteas ofrecieron incienso a Baal y derramaron libaciones a dioses ajenos, para provocarme a ira.
30. Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho sino lo malo delante de mis ojos desde su juventud; porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos, dice Jehová.
31. Por que esta ciudad me ha sido, como provocación a ira e indignación, desde el día que la edificaron y hasta hoy; de modo que la quitaré de mi presencia,
32. por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes, y sus profetas, y los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén.
33. Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y aunque los enseñaba, madrugando y enseñando, no escucharon para recibir corrección.
34. Antes asentaron sus abominaciones en la casa sobre la cual es invocado mi nombre, contaminándola.
35. Y edificaron altares a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas a Moloc, lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.
36. Y con todo, ahora así dice Jehová Dios de Israel, a esta ciudad, de la cual decís vosotros: Entregada será en mano del rey de Babilonia a espada, a hambre, y a pestilencia:
37. He aquí que yo los juntaré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo y saña grande; y los haré tornar a este lugar, y los haré habitar seguramente,
38. y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.
39. Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para bien de ellos, y de sus hijos después de ellos.
40. Y haré con ellos pacto eterno, que no tornaré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.
41. Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.
42. Porque así dice Jehová: Como traje sobre este pueblo todo este grande mal, así traeré sobre ellos todo el bien que les he prometido.
43. Y poseerán heredad en esta tierra de la cual vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales; es entregada en manos de los caldeos.
44. Heredades comprarán por dinero, y harán carta, y la sellarán, y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las montañas, y en las ciudades de los valles, y en las ciudades del Neguev; porque yo haré volver su cautividad, dice Jehová.