22. acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
23. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra fe; que fiel es el que prometió;
24. y considerémonos unos a otros para provocarnos al amor y a las buenas obras;
25. no dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
26. Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por el pecado,
27. sino una horrenda expectación de juicio y hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.
28. El que menospreciare la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere sin ninguna misericordia.