12. Pero Éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio para siempre, se ha sentado a la diestra de Dios,
13. de aquí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.
14. Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
15. Y el Espíritu Santo también nos da testimonio; porque después que había dicho:
16. Éste es el pacto que haré con ellos: Después de aquellos días, dice el Señor: Daré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré;
17. y nunca más me acordaré de sus pecados e iniquidades.
18. Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.