9. Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;
10. y principalmente a aquellos que siguen la carne en la concupiscencia de inmundicia, y menosprecian todo gobierno. Atrevidos, contumaces, que no temen decir mal de las potestades superiores.
11. Mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor.
12. Pero éstos, como bestias brutas naturalmente nacidas para presa y destrucción, hablan mal de cosas que no entienden, y perecerán en su propia corrupción,
13. y recibirán la recompensa de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar del placer en pleno día. Éstos son suciedades y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus engaños.