15. E hizo en Jerusalén máquinas inventadas por ingenieros, para que estuviesen en las torres y en los baluartes, para arrojar saetas y grandes piedras, y su fama se extendió lejos, porque fue ayudado maravillosamente, hasta hacerse fuerte.
16. Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso.
17. Y entró tras él el sacerdote Azarías, y con él ochenta sacerdotes de Jehová, de los valientes.