4. Porque nosotros que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
5. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, el cual también nos ha dado las arras del Espíritu.
6. Por tanto vivimos confiados siempre, sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, ausentes estamos del Señor
7. (porque por fe andamos, no por vista):