6. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
7. Así que, ni el que planta es algo, ni el que riega; sino Dios, que da el crecimiento.
8. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.
9. Porque nosotros, colaboradores somos de Dios; y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
10. Conforme a la gracia de Dios que me es dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
11. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
12. Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca;
13. la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará; porque por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
14. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
15. Si la obra de alguno fuere quemada, sufrirá pérdida; si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
16. ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?