1. Salmo de David, estando en el desierto de Judá. DIOS, Dios mío eres tú: levantaréme á ti de mañana: Mi alma tiene sed de ti, mi carne te desea, En tierra de sequedad y transida sin aguas;
2. Para ver tu fortaleza y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario.
3. Porque mejor es tu misericordia que la vida: Mis labios te alabarán.