16. Y no consentía que alguien llevase vaso por el templo.
17. Y les enseñaba diciendo: ¿No está escrito que mi casa, casa de oración será llamada por todas las gentes? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
18. Y lo oyeron los escribas y los príncipes de los sacerdotes, y procuraban cómo le matarían; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba maravillado de su doctrina.
19. Mas como fué tarde, Jesús salió de la ciudad.
20. Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.
21. Entonces Pedro acordándose, le dice: Maestro, he aquí la higuera que maldijiste, se ha secado.