11. Respondióles: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda.
12. Preguntáronle entonces: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda?
13. Y el que había sido sanado, no sabía quién fuese; porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar.
14. Después le halló Jesús en el templo, y díjole: He aquí, has sido sanado; no peques más, porque no te venga alguna cosa peor.