11. Temblad, oh reposadas; turbaos, oh confiadas: despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con saco.
12. Sobre los pechos lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil.
13. Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinas y cardos; y aun sobre todas las casas de placer en la ciudad de alegría.
14. Porque los palacios serán desiertos, la multitud de la ciudad cesará: las torres y fortalezas se tornarán cuevas para siempre, donde huelguen asnos monteses, y ganados hagan majada:
15. Hasta que sobre nosotros sea derramado espíritu de lo alto, y el desierto se torne en campo labrado, y el campo labrado sea estimado por bosque.