16. Sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17. Y tomad el yelmo de salud, y la espada del Espíritu; que es la palabra de Dios;
18. Orando en todo tiempo con toda deprecación y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda instancia y suplicación por todos los santos,
19. Y por mí, para que me sea dada palabra en el abrir de mi boca con confianza, para hacer notorio el misterio del evangelio,