21. ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!
22. ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida;
23. los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!
24. Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel.