13. A las ruedas, oyéndolo yo, se les gritaba: ¡Rueda!
14. Y cada uno tenía cuatro caras. La primera era rostro de querubín; la segunda, de hombre; la tercera, cara de león; la cuarta, cara de águila.
15. Y se levantaron los querubines; éste es el ser viviente que vi en el río Quebar.
16. Y cuando andaban los querubines, andaban las ruedas junto con ellos; y cuando los querubines alzaban sus alas para levantarse de la tierra, las ruedas tampoco se apartaban de ellos.
17. Cuando se paraban ellos, se paraban ellas, y cuando ellos se alzaban, se alzaban con ellos; porque el espíritu de los seres vivientes estaba en ellas.
18. Entonces la gloria de Jehová se elevó de encima del umbral de la casa, y se puso sobre los querubines.