17. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
18. Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia,
19. manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos,
20. de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.