3. Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.
4. Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y por la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.
5. Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros que seáis unánimes según Cristo Jesús,
6. para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
7. Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó, para gloria de Dios.