11. Y después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, Señor, ábrenos!
12. Mas respondiendo él, dijo: De cierto os digo que no os conozco.
13. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
14. Porque el reino de los cielos es como un hombre que, partiendo lejos, llamó a sus siervos y les encomendó sus bienes.