34. Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra.
35. ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
36. Y el que siega recibe salario y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra también se regocije juntamente con el que siega.
37. Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.