1. Me mostró Jehová, y he aquí, dos cestas de higos puestas delante del templo de Jehová, después de haber llevado cautivo Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a los príncipes de Judá, y a los artesanos y herreros de Jerusalén, y de haberlos llevado a Babilonia.
2. Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que de tan malos no se podían comer.
3. Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos, higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de tan malos no se pueden comer.