33. ¿Por qué adornas tu camino para hallar amor? Pues aun a las malvadas enseñaste tus caminos.
34. Aun en tus faldas se halló la sangre de las almas de los pobres inocentes; no los hallaste en tu búsqueda secreta, sino en todas estas cosas.
35. Y dices: Porque soy inocente, de cierto su ira se ha apartado de mí. He aquí, yo entraré en juicio contigo, porque has dicho: No he pecado.
36. ¿Por qué das tantas vueltas, cambiando tus caminos? También serás avergonzada por Egipto, como fuiste avergonzada por Asiria.