Isaías 2:4-22 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

4. Y juzgará entre las naciones y reprenderá a muchos pueblos; y forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra.

5. Venid, oh casa de Jacob, y caminemos a la luz de Jehová.

6. Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos de costumbres del oriente y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros.

7. Su tierra está llena de plata y de oro; sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos, y sus carros son sin número.

8. Además, su tierra está llena de ídolos; ante la obra de sus manos se han arrodillado, ante lo que fabricaron sus dedos.

9. Y se ha inclinado el hombre, y el varón se ha humillado; por tanto, no los perdones.

10. Métete en la peña y escóndete en el polvo de la presencia terrible de Jehová y de la gloria de su majestad.

11. La altivez de la mirada del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo Jehová será exaltado en aquel día.

12. Porque el día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, y sobre todo el que se haya ensalzado, y será abatido;

13. y sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán;

14. y sobre todos los montes altos y sobre todos los collados elevados;

15. y sobre toda torre alta y sobre todo muro fortificado;

16. y sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas.

17. Y la altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo Jehová será exaltado en aquel día.

18. Y quitará totalmente los ídolos.

19. Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová y por la gloria de su majestad, cuando él se levante para hacer temblar la tierra.

20. Aquel día arrojará el hombre a los topos y a los murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase,

21. para meterse en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia temible de Jehová y por la gloria de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.

22. Dejaos del hombre cuyo aliento está en su nariz, pues, ¿de qué es él estimado?

Isaías 2