25. Respondió él y dijo: He aquí que yo veo cuatro hombres sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a un hijo de los dioses.
26. Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiente, y habló y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego.
27. Y se juntaron los sátrapas, los gobernantes, los gobernadores y los jueces del rey, para mirar a estos hombres, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado, ni sus ropas se habían dañado, ni el olor del fuego había quedado en ellos.