9. Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón perfecto y con ánimo dispuesto, porque Jehová escudriña los corazones de todos y entiende toda imaginación de los pensamientos. Si tú le buscas, lo hallarás; pero si le dejas, él te desechará para siempre.
10. Mira, pues, ahora que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para el santuario; esfuérzate y hazla.
11. Y David dio a su hijo Salomón el plano del pórtico, y de sus edificios, y de sus tesorerías, y de sus salas superiores, y de sus salas interiores y del lugar del propiciatorio.