4. Entró en la casa de Dios, y él y sus compañeros comieron los panes consagrados a Dios, lo que no se les permitía a ellos sino sólo a los sacerdotes.
5. ¿O no han leído en la ley que los sacerdotes en el templo profanan el sábado sin incurrir en culpa?
6. Pues yo les digo que aquí está uno más grande que el templo.