37. Entonces Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró.
38. La cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
39. Y el centurión, que estaba frente a Jesús, al oír el grito y ver cómo murió, dijo:—¡Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios!
40. Algunas mujeres miraban desde lejos. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé.