Lucas 5:21-34 Nueva Versión Internacional (NVI)

21. Los fariseos y los maestros de la ley comenzaron a pensar: «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?»

22. Pero Jesús supo lo que estaban pensando y les dijo:—¿Por qué razonan así?

23. ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados quedan perdonados”, o “Levántate y anda”?

24. Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.

25. Al instante se levantó a la vista de todos, tomó la camilla en que había estado acostado, y se fue a su casa alabando a Dios.

26. Todos quedaron asombrados y ellos también alababan a Dios. Estaban llenos de temor y decían: «Hoy hemos visto maravillas.»

27. Después de esto salió Jesús y se fijó en un recaudador de impuestos llamado Leví, sentado a la mesa donde cobraba.—Sígueme —le dijo Jesús.

28. Y Leví se levantó, lo dejó todo y lo siguió.

29. Luego Leví le ofreció a Jesús un gran banquete en su casa, y había allí un grupo numeroso de recaudadores de impuestos y otras personas que estaban comiendo con ellos.

30. Pero los fariseos y los maestros de la ley que eran de la misma secta les reclamaban a los discípulos de Jesús:—¿Por qué comen y beben ustedes con recaudadores de impuestos y pecadores?

31. —No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos —les contestó Jesús—.

32. No he venido a llamar a justos sino a pecadores para que se arrepientan.

33. Algunos dijeron a Jesús:—Los discípulos de Juan ayunan y oran con frecuencia, lo mismo que los discípulos de los fariseos, pero los tuyos se la pasan comiendo y bebiendo.

34. Jesús les replicó:—¿Acaso pueden obligar a los invitados del novio a que ayunen mientras él está con ellos?

Lucas 5