23. Les dirán: “¡Mírenlo allá! ¡Mírenlo acá!” No vayan; no los sigan.
24. Porque en su día el Hijo del hombre será como el relámpago que fulgura e ilumina el cielo de uno a otro extremo.
25. Pero antes él tiene que sufrir muchas cosas y ser rechazado por esta generación.