11. Todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
12. También dijo Jesús al que lo había invitado:—Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos, a su vez, te inviten y así seas recompensado.
13. Más bien, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos.
14. Entonces serás dichoso, pues aunque ellos no tienen con qué recompensarte, serás recompensado en la resurrección de los justos.
15. Al oír esto, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo:—¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!
16. Jesús le contestó:—Cierto hombre preparó un gran banquete e invitó a muchas personas.
17. A la hora del banquete mandó a su siervo a decirles a los invitados: “Vengan, porque ya todo está listo.”