1. Los israelitas habían jurado en Mizpa: «Ninguno de nosotros dará su hija en matrimonio a un benjaminita.»
2. El pueblo fue a Betel, y allí permanecieron hasta el anochecer, clamando y llorando amargamente en presencia de Dios.
3. «Oh Señor, Dios de Israel —clamaban—, ¿por qué le ha sucedido esto a Israel? ¡Hoy ha desaparecido una de nuestras tribus!»