Juan 12:22-34 Nueva Versión Internacional (NVI)

22. Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos fueron a decírselo a Jesús.

23. —Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado —les contestó Jesús—.

24. Ciertamente les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto.

25. El que se apega a su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida en este mundo, la conserva para la vida eterna.

26. Quien quiera servirme, debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.

27. »Ahora todo mi ser está angustiado, ¿y acaso voy a decir: “Padre, sálvame de esta hora difícil”? ¡Si precisamente para afrontarla he venido!

28. ¡Padre, glorifica tu nombre!Se oyó entonces, desde el cielo, una voz que decía: «Ya lo he glorificado, y volveré a glorificarlo.»

29. La multitud que estaba allí, y que oyó la voz, decía que había sido un trueno; otros decían que un ángel le había hablado.

30. —Esa voz no vino por mí sino por ustedes —dijo Jesús—.

31. El juicio de este mundo ha llegado ya, y el príncipe de este mundo va a ser expulsado.

32. Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.

33. Con esto daba Jesús a entender de qué manera iba a morir.

34. —De la ley hemos sabido —le respondió la gente— que el Cristo permanecerá para siempre; ¿cómo, pues, dices que el Hijo del hombre tiene que ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?

Juan 12