1. Replicó entonces Elifaz de Temán:
2. «El sabio no responde con vana sabiduríani explota en violenta verborrea.
3. Tampoco discute con argumentos vanosni con palabras huecas.
4. Tú, en cambio, restas valor al temor a Diosy tomas a la ligera la devoción que él merece.
5. Tu maldad pone en acción tu boca;hablas igual que los pícaros.
6. Tu propia boca te condena, no la mía;tus propios labios atestiguan contra ti.
7. »¿Eres acaso el primer hombre que ha nacido?¿Naciste acaso antes que los montes?
8. ¿Tienes parte en el consejo de Dios?¿Acaso eres tú el único sabio?