Jeremías 16:1-12 Nueva Versión Internacional (NVI)

1. La palabra del Señor vino a mí, y me dijo:

2. «No te cases, ni tengas hijos ni hijas en este lugar.»

3. Porque así dice el Señor en cuanto a los hijos y las hijas que han nacido en este lugar, y en cuanto a las madres que los dieron a luz y los padres que los engendraron en este país:

4. «Morirán de enfermedades horribles. Nadie llorará por ellos, ni los sepultará; se quedarán sobre la faz de la tierra, como el estiércol. La espada y el hambre acabarán con ellos, y sus cadáveres servirán de alimento para las aves del cielo y para las bestias de la tierra.»

5. Así dice el Señor: «No entres en una casa donde estén de luto, ni vayas a llorar, ni los consueles, porque a este pueblo le he retirado mi paz, mi amor y mi compasión —afirma el Señor—.

6. En este país morirán grandes y pequeños; nadie llorará por ellos, ni los sepultará; nadie se hará heridas en el cuerpo ni se rapará la cabeza por ellos.

7. Nadie ofrecerá un banquete fúnebre a los que estén de duelo, para consolarlos por el muerto, ni a nadie se le dará a beber la copa del consuelo, aun cuando quien haya muerto sea su padre o su madre.

8. »No entres en una casa donde haya una celebración, ni te sientes con ellos a comer y beber.

9. Porque así dice el SeñorTodopoderoso, el Dios de Israel: Voy a poner fin en este lugar a toda expresión de alegría y de regocijo, y al cántico del novio y de la novia. Esto sucederá en sus propios días, y ustedes lo verán.

10. »Cuando anuncies a este pueblo todas estas cosas, ellos te preguntarán: “¿Por qué ha decretado el Señor contra nosotros esta calamidad tan grande? ¿Cuál es nuestra iniquidad? ¿Qué pecado hemos cometido contra el Señor nuestro Dios?”

11. Entonces les responderás: “Esto es porque sus antepasados me abandonaron y se fueron tras otros dioses, y los sirvieron y los adoraron. Pero a mí me abandonaron, y no cumplieron mi ley —afirma el Señor—.

12. Pero ustedes se han comportado peor que sus antepasados. Cada uno sigue la terquedad de su corazón malvado, y no me ha obedecido.

Jeremías 16