26. Por eso mi corazón se alegra, y canta con gozo mi lengua;mi cuerpo también vivirá en esperanza.
27. No dejarás que mi vida termine en el sepulcro;no permitirás que tu santo sufra corrupción.
28. Me has dado a conocer los caminos de la vida;me llenarás de alegría en tu presencia.”
29. »Hermanos, permítanme hablarles con franqueza acerca del patriarca David, que murió y fue sepultado, y cuyo sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy.
30. Era profeta y sabía que Dios le había prometido bajo juramento poner en el trono a uno de sus descendientes.