18. Luego sus hermanos se presentaron ante José, se inclinaron delante de él y le dijeron:—Aquí nos tienes; somos tus esclavos.
19. —No tengan miedo —les contestó José—. ¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios?
20. Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente.
21. Así que, ¡no tengan miedo! Yo cuidaré de ustedes y de sus hijos.Y así, con el corazón en la mano, José los reconfortó.
22. José y la familia de su padre permanecieron en Egipto. Alcanzó la edad de ciento diez años,