15. »”Sin embargo, confiaste en tu belleza y, valiéndote de tu fama, te prostituiste. ¡Sin ningún pudor te entregaste a cualquiera que pasaba!
16. Con tus mismos vestidos te hiciste aposentos idolátricos de vistosos colores, y allí te prostituiste. ¡Algo nunca visto!
17. Con las joyas de oro y plata que yo te había obsequiado, hiciste imágenes masculinas, y con ellas te prostituiste ofreciéndoles culto.
18. Les pusiste tus vestidos bordados, y les ofreciste mi aceite y mi perfume.
19. Como ofrenda de olor fragante les presentaste el alimento que yo te había dado: el mejor trigo, el aceite de oliva y la miel. Lo afirma el Señor omnipotente.
20. »”Tomaste también a los hijos y a las hijas que tuviste conmigo y los sacrificaste como alimento a esas imágenes. ¡No te bastaron tus prostituciones!
21. Inmolaste a mis hijos y los pasaste por fuego como ofrenda en honor de esos ídolos.
22. En todas tus repugnantes prácticas y prostituciones no te acordaste de los días de tu infancia, cuando estabas completamente desnuda y te revolcabas en tu propia sangre.
23. »”¡Ay de ti, ay de ti! —afirma el Señor omnipotente—. Para colmo de tus perversidades,
24. construiste prostíbulos en cada plaza.