Ezequiel 10:8-18 Nueva Versión Internacional (NVI)

8. (Debajo de las alas de los querubines se veía algo semejante a la mano de un hombre.)

9. Me fijé, y al lado de los querubines vi cuatro ruedas, una junto a cada uno de ellos. Las ruedas tenían un aspecto brillante como el crisólito.

10. Las cuatro ruedas se asemejaban, y parecía como si una rueda estuviera encajada en la otra.

11. Al avanzar, podían hacerlo en las cuatro direcciones sin necesidad de volverse. Avanzaban en la dirección a que apuntaba la cabeza del querubín, y no tenían que volverse.

12. Todo el cuerpo, la espalda, las manos y las alas de los querubines, al igual que las cuatro ruedas, estaban llenos de ojos.

13. Alcancé a oír que a las ruedas se les llamaba «círculos».

14. Cada uno de los querubines tenía cuatro caras: la primera, de querubín; la segunda, de hombre; la tercera, de león; y la cuarta, de águila.

15. Los querubines, que eran los mismos seres que yo había visto junto al río Quebar, se elevaron.

16. Cuando avanzaban, las ruedas a su costado hacían lo mismo; cuando desplegaban sus alas para levantarse del suelo, las ruedas no se apartaban de ellos;

17. cuando se detenían, las ruedas hacían lo mismo; cuando se levantaban, las ruedas se levantaban también, porque el espíritu de esos seres vivientes estaba en las ruedas.

18. La gloria del Señor se elevó por encima del umbral del templo y se detuvo sobre los querubines.

Ezequiel 10