2. así que altercaron con Moisés.—Danos agua para beber —le exigieron.—¿Por qué pelean conmigo? —se defendió Moisés—. ¿Por qué provocan al Señor?
3. Pero los israelitas estaban sedientos, y murmuraron contra Moisés.—¿Para qué nos sacaste de Egipto? —reclamaban—. ¿Sólo para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestro ganado?
4. Clamó entonces Moisés al Señor, y le dijo:—¿Qué voy a hacer con este pueblo? ¡Sólo falta que me maten a pedradas!
5. —Adelántate al pueblo —le aconsejó el Señor— y llévate contigo a algunos ancianos de Israel, pero lleva también la vara con que golpeaste el Nilo. Ponte en marcha,
6. que yo estaré esperándote junto a la roca que está en Horeb. Aséstale un golpe a la roca, y de ella brotará agua para que beba el pueblo.Así lo hizo Moisés, a la vista de los ancianos de Israel.
7. Además, a ese lugar lo llamó Masá, y también Meribá, porque los israelitas habían altercado con él y provocado al Señor al decir: «¿Está o no está el Señor entre nosotros?»
8. Los amalecitas vinieron a Refidín y atacaron a los israelitas.
9. Entonces Moisés le ordenó a Josué: «Escoge algunos de nuestros hombres y sal a combatir a los amalecitas. Mañana yo estaré en la cima de la colina con la vara de Dios en la mano.»
10. Josué siguió las órdenes de Moisés y les presentó batalla a los amalecitas. Por su parte, Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima de la colina.
11. Mientras Moisés mantenía los brazos en alto, la batalla se inclinaba en favor de los israelitas; pero cuando los bajaba, se inclinaba en favor de los amalecitas.
12. Cuando a Moisés se le cansaron los brazos, tomaron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentara en ella; luego Aarón y Jur le sostuvieron los brazos, uno el izquierdo y otro el derecho, y así Moisés pudo mantenerlos firmes hasta la puesta del sol.
13. Fue así como Josué derrotó al ejército amalecita a filo de espada.
14. Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Pon esto por escrito en un rollo de cuero, para que se recuerde, y que lo oiga bien Josué: Yo borraré por completo, bajo el cielo, todo rastro de los amalecitas.»
15. Moisés edificó un altar y lo llamó «El Señor es mi estandarte».
16. Y exclamó: «¡Echa mano al estandarte del Señor! ¡La guerra del Señor contra Amalec será de generación en generación!»