Éxodo 10:11-25 Nueva Versión Internacional (NVI)

11. ¡Pero no será como ustedes quieren! Si lo que quieren es rendirle culto al Señor, ¡vayan sólo ustedes los hombres!Y Moisés y Aarón fueron arrojados de la presencia del faraón.

12. Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Extiende los brazos sobre todo Egipto, para que vengan langostas y cubran todo el país, y se coman todo lo que crece en los campos y todo lo que dejó el granizo.»

13. Moisés extendió su vara sobre Egipto, y el Señor hizo que todo ese día y toda esa noche un viento del este soplara sobre el país. A la mañana siguiente, el viento del este había traído las langostas,

14. las cuales invadieron todo Egipto y se asentaron en gran número por todos los rincones del país. ¡Nunca antes hubo semejante plaga de langostas, ni la habrá después!

15. Eran tantas las langostas que cubrían la superficie de la tierra, que ni el suelo podía verse. Se comieron todas las plantas del campo y todos los frutos de los árboles que dejó el granizo. En todo Egipto no quedó nada verde, ni en los árboles ni en las plantas.

16. A toda prisa mandó llamar el faraón a Moisés y a Aarón, y admitió: «He pecado contra el Señor su Dios y contra ustedes.

17. Yo les pido que perdonen mi pecado una vez más, y que rueguen por mí al Señor su Dios, para que por lo menos aleje de donde yo estoy esta plaga mortal.»

18. En cuanto Moisés salió de la presencia del faraón, rogó al Señor por el faraón.

19. El Señor hizo entonces que el viento cambiara, y que un fuerte viento del oeste se llevara las langostas y las echara al Mar Rojo. En todo Egipto no quedó una sola langosta.

20. Pero el Señor endureció el corazón del faraón, y éste no dejó que los israelitas se fueran.

21. El Señor le dijo a Moisés: «Levanta los brazos al cielo, para que todo Egipto se cubra de tinieblas, ¡tinieblas tan densas que se puedan palpar!»

22. Moisés levantó los brazos al cielo, y durante tres días todo Egipto quedó envuelto en densas tinieblas.

23. Durante ese tiempo los egipcios no podían verse unos a otros, ni moverse de su sitio. Sin embargo, en todos los hogares israelitas había luz.

24. Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y le dijo:—Vayan y rindan culto al Señor. Llévense también a sus hijos, pero dejen atrás sus rebaños y sus ganados.

25. A esto replicó Moisés:—¡Al contrario!, tú vas a darnos los sacrificios y holocaustos que hemos de presentar al Señor nuestro Dios,

Éxodo 10