2 Crónicas 18:4-16 Nueva Versión Internacional (NVI)

4. Pero antes que nada, consultemos al Señor —añadió.

5. Así que el rey de Israel reunió a los cuatrocientos profetas, y les preguntó:—¿Debemos ir a la guerra contra Ramot de Galaad, o no?—Vaya, Su Majestad —contestaron ellos—, porque Dios la entregará en sus manos.

6. Pero Josafat inquirió:—¿No hay aquí un profeta del Señor a quien podamos consultar?

7. El rey de Israel le respondió:—Todavía hay alguien por medio de quien podemos consultar al Señor, pero me cae muy mal porque nunca me profetiza nada bueno; sólo me anuncia desastres. Se trata de Micaías hijo de Imlá.—No digas eso —replicó Josafat.

8. Entonces el rey de Israel llamó a uno de sus funcionarios y le ordenó:—¡Traigan de inmediato a Micaías hijo de Imlá!

9. El rey de Israel, y Josafat, rey de Judá, vestidos con sus vestiduras reales y sentados en sus respectivos tronos, estaban en la plaza a la entrada de Samaria, con todos los que profetizaban en su presencia.

10. Sedequías hijo de Quenaná, que se había hecho unos cuernos de hierro, anunció: «Así dice el Señor: “Con estos cuernos atacarás a los sirios hasta aniquilarlos.”»

11. Y los demás profetas vaticinaban lo mismo. «Ataque Su Majestad a Ramot de Galaad, y vencerá, porque el Señor la entregará en sus manos.»

12. Ahora bien, el mensajero que había ido a llamar a Micaías le advirtió:—Mira, los demás profetas a una voz predicen el éxito del rey. Habla favorablemente, para que tu mensaje concuerde con el de ellos.

13. Pero Micaías repuso:—Tan cierto como que el Señor vive, te juro que yo le anunciaré al rey lo que Dios me diga.

14. Cuando compareció ante el rey, éste le preguntó:—Micaías, ¿debemos ir a la guerra contra Ramot de Galaad, o no?—Ataquen y vencerán —contestó él—, porque les será entregada.

15. El rey le reclamó:—¿Cuántas veces debo hacerte jurar que no me digas nada más que la verdad en el nombre del Señor?

16. Ante esto, Micaías concedió:—Vi a todo Israel esparcido por las colinas, como ovejas sin pastor. Y el Señor dijo: “Esta gente no tiene amo. ¡Que cada cual se vaya a su casa en paz!”

2 Crónicas 18