1 Samuel 17:27-38 Nueva Versión Internacional (NVI)

27. —Al que lo mate —repitieron— se le dará la recompensa anunciada.

28. Eliab, el hermano mayor de David, lo oyó hablar con los hombres y se puso furioso con él. Le reclamó:—¿Qué has venido a hacer aquí? ¿Con quién has dejado esas pocas ovejas en el desierto? Yo te conozco. Eres un atrevido y mal intencionado. ¡Seguro que has venido para ver la batalla!

29. —¿Y ahora qué hice? —protestó David—. ¡Si apenas he abierto la boca!

30. Apartándose de su hermano, les preguntó a otros, quienes le dijeron lo mismo.

31. Algunos que oyeron lo que había dicho David, se lo contaron a Saúl, y éste mandó a llamarlo.

32. Entonces David le dijo a Saúl:—¡Nadie tiene por qué desanimarse a causa de este filisteo! Yo mismo iré a pelear contra él.

33. —¡Cómo vas a pelear tú solo contra este filisteo! —replicó Saúl—. No eres más que un muchacho, mientras que él ha sido un guerrero toda la vida.

34. David le respondió:—A mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso viene y se lleva una oveja del rebaño,

35. yo lo persigo y lo golpeo hasta que suelta la presa. Y si el animal me ataca, lo sigo golpeando hasta matarlo.

36. Si este siervo de Su Majestad ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al ejército del Dios viviente.

37. El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará del poder de ese filisteo.—Anda, pues —dijo Saúl—, y que el Señor te acompañe.

38. Luego Saúl vistió a David con su uniforme de campaña. Le entregó también un casco de bronce y le puso una coraza.

1 Samuel 17