2. —¿Y cómo voy a ir? —respondió Samuel—. Si Saúl llega a enterarse, me matará.—Lleva una ternera —dijo el Señor—, y diles que vas a ofrecerle al Señor un sacrificio.
3. Invita a Isaí al sacrificio, y entonces te explicaré lo que debes hacer, pues ungirás para mi servicio a quien yo te diga.
4. Samuel hizo lo que le mandó el Señor. Pero cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo lo recibieron con mucho temor.—¿Vienes en son de paz? —le preguntaron.
5. —Claro que sí. He venido a ofrecerle al Señor un sacrificio. Purifíquense y vengan conmigo para tomar parte en él.Entonces Samuel purificó a Isaí y a sus hijos, y los invitó al sacrificio.
6. Cuando llegaron, Samuel se fijó en Eliab y pensó: «Sin duda que éste es el ungido del Señor.»