1 Reyes 3:13-24 Nueva Versión Internacional (NVI)

13. Además, aunque no me lo has pedido, te daré tantas riquezas y esplendor que en toda tu vida ningún rey podrá compararse contigo.

14. Si andas por mis sendas y obedeces mis decretos y mandamientos, como lo hizo tu padre David, te daré una larga vida.

15. Cuando Salomón despertó y se dio cuenta del sueño que había tenido, regresó a Jerusalén. Se presentó ante el arca del pacto del Señor y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Luego ofreció un banquete para toda su corte.

16. Tiempo después, dos prostitutas fueron a presentarse ante el rey.

17. Una de ellas le dijo:—Su Majestad, esta mujer y yo vivimos en la misma casa. Mientras ella estaba allí conmigo, yo di a luz,

18. y a los tres días también ella dio a luz. No había en la casa nadie más que nosotras dos.

19. Pues bien, una noche esta mujer se acostó encima de su hijo, y el niño murió.

20. Pero ella se levantó a medianoche, mientras yo dormía, y tomando a mi hijo, lo acostó junto a ella y puso a su hijo muerto a mi lado.

21. Cuando amaneció, me levanté para amamantar a mi hijo, ¡y me di cuenta de que estaba muerto! Pero al clarear el día, lo observé bien y pude ver que no era el hijo que yo había dado a luz.

22. —¡No es cierto! —exclamó la otra mujer—. ¡El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo!—¡Mientes! —insistió la primera—. El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío.Y se pusieron a discutir delante del rey.

23. El rey deliberó: «Una dice: “El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo.” Y la otra dice: “¡No es cierto! El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío.”»

24. Entonces ordenó:—Tráiganme una espada.Cuando se la trajeron,

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