1 Reyes 3:12-28 Nueva Versión Internacional (NVI)

12. voy a concederte lo que has pedido. Te daré un corazón sabio y prudente, como nadie antes de ti lo ha tenido ni lo tendrá después.

13. Además, aunque no me lo has pedido, te daré tantas riquezas y esplendor que en toda tu vida ningún rey podrá compararse contigo.

14. Si andas por mis sendas y obedeces mis decretos y mandamientos, como lo hizo tu padre David, te daré una larga vida.

15. Cuando Salomón despertó y se dio cuenta del sueño que había tenido, regresó a Jerusalén. Se presentó ante el arca del pacto del Señor y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Luego ofreció un banquete para toda su corte.

16. Tiempo después, dos prostitutas fueron a presentarse ante el rey.

17. Una de ellas le dijo:—Su Majestad, esta mujer y yo vivimos en la misma casa. Mientras ella estaba allí conmigo, yo di a luz,

18. y a los tres días también ella dio a luz. No había en la casa nadie más que nosotras dos.

19. Pues bien, una noche esta mujer se acostó encima de su hijo, y el niño murió.

20. Pero ella se levantó a medianoche, mientras yo dormía, y tomando a mi hijo, lo acostó junto a ella y puso a su hijo muerto a mi lado.

21. Cuando amaneció, me levanté para amamantar a mi hijo, ¡y me di cuenta de que estaba muerto! Pero al clarear el día, lo observé bien y pude ver que no era el hijo que yo había dado a luz.

22. —¡No es cierto! —exclamó la otra mujer—. ¡El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo!—¡Mientes! —insistió la primera—. El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío.Y se pusieron a discutir delante del rey.

23. El rey deliberó: «Una dice: “El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo.” Y la otra dice: “¡No es cierto! El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío.”»

24. Entonces ordenó:—Tráiganme una espada.Cuando se la trajeron,

25. dijo:—Partan en dos al niño que está vivo, y denle una mitad a ésta y la otra mitad a aquélla.

26. La verdadera madre, angustiada por su hijo, le dijo al rey:—¡Por favor, Su Majestad! ¡Déle usted a ella el niño que está vivo, pero no lo mate!En cambio, la otra exclamó:—¡Ni para mí ni para ti! ¡Que lo partan!

27. Entonces el rey ordenó:—No lo maten. Entréguenle a la primera el niño que está vivo, pues ella es la madre.

28. Cuando todos los israelitas se enteraron de la sentencia que el rey había pronunciado, sintieron un gran respeto por él, pues vieron que tenía sabiduría de Dios para administrar justicia.

1 Reyes 3